El niño que nunca lloraba delante de su familia.
El niño que nunca lloraba delante de su familia estalló.
Estalló delante de una caja de madera,
en una habitación presidida por una cruz dorada y una mujer llorando.
Tenía callos en el corazón y en las glándulas lagrimales.
El niño que nunca lloraba delante de su familia cree que estalló como nunca.
Cree que fue el día que más deseo estar en una caja de madera.
Aprendió a echar de menos de verdad.
Aprendió a relacionar huecos con personas.
Y aprendió a aprovechar las cosas
y a cuidar las relaciones.
Ese día,
el niño que nunca lloraba delante de su familia deseó.
Deseó más que nunca que todo fuera un juego.
Deseó tener 5 años y sentarse en unas rodillas.
Deseó que le volvieran a robar la nariz con una sonrisa,
y deseó tener que correr al espejo a comprobarlo.
Y deseó volver corriendo más aún para plantarle un beso en la mejilla
y que unas manos arrugadas le abrazaban.
El niño que nunca lloraba delante de su familia lloró más que nunca.
Lloró delante de una caja de madera con un cristal.
Lloró cuando vio una caja de madera salir por una puerta,
la que todos los días cruzaba para refujiarse en besos y son.risas.
E historias siempre,por supuesto.
Lloró cuando escuchó la palabra "cadáver",
como nunca lo había echo.
Lloró cuando taparon la caja con cal pura y dura.
Lloró con una corona de flores entre sus brazos.
Lloró cuando le dieron un DNI que ya no volvería a estar en los bolsillos de su dueño.
Lloró porque sabía que llorar no servía para nada.
Pero le salía,demasiadas lágrimas llevaba acumuladas en esas glándulas.
Y sigue haciéndolo,a veces.
Pero,se esconde.
Porque,
aunque les unan el dolor,
aunque les unan los huecos,
con sus respectivas personas.
Aún así,
el niño sigue sin llorar delante de su familia.
Y no sabe cómo hacerlo.
TeAdoro abuelo.